
Tenemos tanto que desaprender y aprender como sociedad y sobre todo, como individuos, si queremos dejar un mejor lugar a nuestros niños, pues cada vez esta más oscuro nuestro presente y nuestra vejez próxima. Duele y mucho ver como No somos capaces de concebir el amor desinteresado hacia otro ser humano, no soportamos el hecho […]
Tenemos tanto que desaprender y aprender como sociedad y sobre todo, como individuos, si queremos dejar un mejor lugar a nuestros niños, pues cada vez esta más oscuro nuestro presente y nuestra vejez próxima.
Duele y mucho ver como No somos capaces de concebir el amor desinteresado hacia otro ser humano, no soportamos el hecho de que un ser humano de acogida en su vida a otro ser roto y maltratado, tristemente con impotencia vemos como se nos va la vida entre el tener y el aparentar y la indiferencia esta como nuestra premisa.
Vivimos en el país de nunca jamás, con noticias en cada medio de comunicación de como familiares violentan y vulneran sus propios hijos lo cual ya vemos como Normal y pasamos el canal para no perdernos la novela como si nada, eso es paisaje y pues a nosotros que nos importa si no somos nosotros y ya, pero juzgamos un ser humano que sin tener un lazo biológico con un niño le quiere dar un hogar y un futuro real, porque ese sí debe tener mañas o los juzgamos por su orientación sexual, etc, pero vemos pasar al maltratador y mejor no meternos, entonces hoy la pregunta es, en que nos estamos convirtiendo?, será que ya no tenemos salida? somos en definitiva unos seres despreciables? Nuestras mentes pobres, limitadas y corruptas le quitan a cada momento la posibilidad a un niño de salir adelante por nuestros prejuicios?
Pero más que con nuestros actos, le negamos un futuro mejor a un niño con nuestra.indiferencia, pues si vemos que golpean un niño, nos da pereza meternos y denunciar, eso pa que! pero si nos escandalizamos y nos parece raro y sospechoso que un joven soltero desee adoptar un niño, pero ni nos inmutamos cuando un hombre alcohólico e irresponsable tiene hijos que maltrata, delante de todo el mundo y va dejando por ahí a la merced de cualquiera.
Estamos sumidos en la banalidad del mal, somos maquinas perversas que cumplen con su labor a cambio de un sueldo de esclavo, pero no queremos servir a nadie que no nos represente alguna prebenda y es tan real esta tradición, que nuestros hijos están creciendo aun mas indiferentes y esperemos como nos va cuando tengamos que ser una carga para ellos…..
“Fue como si en aquellos últimos minutos [Eichmann] resumiera la lección que su larga carrera de maldad nos ha enseñado, la lección de la terrible banalidad del mal, ante la que las palabras y el pensamiento se sienten impotentes.” Arendt, Eichmann en Jerusalén
Leidy S, T,
Emprendedora Social
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